Hier im südlichen Punjab kennt man (noch?) nicht den Luxus von Supermärkten, die das ganze Jahr über Gemüse und Obst aller Art anbieten. Hier kam noch niemand auf die Idee dem Kunden auch im Winter Erdbeeren oder in der Trockenzeit Mangos aus anderen Teilen der Welt oder aus Lagerhallen anzubieten. Was zurzeit auf den Strassen von Rahim Yar Khan (RYK) von Eselskarren verkauft wird, sind die Obst- und Gemüsesorten, die man jetzt hier ernten kann bzw. die aus der klimatisch im Vorsprung befindlichen Nachbarprovinz Sindh hierher gebracht wurden. Für einen Vegi wie mich setzt sich der Speiseplan dieser Tage aus einer Kürbissorte, Gurken, Tomaten und Melonen zusammen. Dazu gibt es endlose Varietäten von Linsen und anderen Hülsenfrüchten.
In Sachen Speiseplan muss ich hier in Pakistan also herunterkochen. War der Schritt von Deutschland nach Pakistan zunächst nur ein kleiner Abstrich von Ess- und Trinkgewohnheiten, so ist der Schritt in den Punjab doch merklich größer. Das fällt mir vor allem dieser Tage auf, da ich wieder in Islamabad zum Einsatz komme. Hier in Islamabad gibt es praktisch wieder alle Waren. Nicht dass ich so viel brächte, es ist vielmehr dieses beruhigende Gefühl die Möglichkeit zu haben dies oder jenes jetzt besorgen zu können. Das ist Konsumdenken, ich weiß, aber Entbehrung und Überfluss wechseln sich ab. Ich lebe und erlebe eben beides in vollen Zügen.
Für ein Intermezzo bin ich in der pakistanischen Hauptstadt und genieße die Dinge, die im südlichen Punjab praktisch fehlen. Kulinarisches aber vor allem Soziales finde ich hier wieder. Ich hatte fast vergessen, wie schön und entspannend es sein kann sich mit Freunden am Wochenende zu treffen um auszugehen oder gemeinsam Fussball zu spielen. Letzteres hat mit echter Anstrengung zu tun und Muskelkater. Untrainiert über den Platz zu rennen hatte bei mir einen tagelangen Muskelkater zur Folge. Bei geradezu tropischen Klimaverhältnissen läuft der Schweiß auch ohne Fußball. Das Gefühl sich in einem Mannschaftssport verausgabt zu haben, entlohnt aber für die Anstrengung.
Was das Sozialleben an den Wochenenden angeht so muss ich sagen, fühle ich mich häufig an meine Zeit als Erasmus-Student erinnert. Jedes Wochenende hat man Programm und wo man auch hin geht, trifft man bekannte Gesichter. Ich bin mir sicher viele aus der Expat-Gemeinde (sprich Ausländer wie ich) waren in ihrer Studienzeit tatsächlich in einem Erasmus Austauschprogramm. Diese Hypothese muss ich allerdings erst noch prüfen.
Der Gedanke an meine Einsatzort RYK löst meine Gedanken von ISB und den Vorteilen dieses Standorts. Die Trockenzeit ist in vollem Gange und die Temperaturen sind im Aufwärtstrend. Mit gemischten Gefühlen wartet man auf den Monsun und hegt die Hoffnung es werde nicht wieder zu Überschwemmungen kommen wie im letzten Jahr. Die Zerstörungen jener Flut sind noch nicht komplett behoben, damit steigen die Bedenken hinsichtlich der bevorstehenden Regenzeit. Die vierzig Gradmarke wird täglich geknackt und in den Feldstandorten berichten die Kollegen von 50 Grad Celsius. Auch der Schlaf ist unruhig bei Zimmertemperaturen um die dreißig Grad. Man schwimmt im eigenen Saft.
Sonntag, 26. Juni 2011
En su salsa
Aquí en el sur de Punjab todavía no se conocen el lujo de los supermercados que le ofrecen al cliente todas las frutas y verduras durante todo el año. Aquí a nadie se le ocurrió venderle al cliente fresas en pleno invierno o mangos en la temporada seca traido de otras partes del mundo.Lo que se vende en estos días en las calles de Rahim Yar Khan (RYK) de carrozas de burros es lo que se cosecha ahorita. Normalmente la mercancía viene de los alrededores de RYK o del departamento vecindario Sindh que está climaticamente un poco adelante de Punjab. Para un vegitariano como yo la alimentación se compone estos días de calabaza, pepino, tomates y melón. Además hay una variedad de lentejas y otras legumbres.
En cuanto a la comida tengo que reducir las expectaciones por lo tanto. El paso de Alemania al Paquistán ha sido un paso más o menos pequeño desde un punto de vista alimenticia. Sin embargo el paso de Islamabad al Punjab ha sido bastante más grande. Me doy cuenta sobre todo ahora que estoy de vuelta en Islamabad para unas semanas. Aquí me topó con todo tipo de mercancía. No es que necesite tantísimo. Es más bien por el hecho de tener opciones. Puede parecer que está hablando una persona consumidor, pero no es así. Después de la carencia ahora noto la abundancia. Ya que no me quedaré mucho en la capital aprovecho de esta abundancia. Y lo hago con gusto.
Como he mencionado antes, estoy aquí en Islamabad solo de paso. Disfruto de las cosas que extraño en el sur de Punjab las que no sólo son culinaricas pero también sociales. Quiere decir que disfruto, gozo de poder encontrarme de nuevo con amigos y conocidos y salir de fiesta el fin de semana (que sí que hay fiestas aca). Juego al futbol, echo polvo por días después gracias a unas agujetas de los que sólo juegan muy de vez en cuando y que entonces no se quieren parar por el gusto que da. Deja fuera las condiciones climáticos. No hace falta ni una pelota para sudar como loco. Pero la sensación después del partido, el jugar en un grupo vale la pena.
En cuanto a la marcha del fin de semana tengo que decir que me recuerde el intercambio universitario Erasmus que hice hace años. Cada fin de semana hay un programa (que al fin y al cabo varió poco). Y vayas donde vayas siempre encontrarás la misma gente. Estoy curioso si habrá mucha gente aquí en la comunidad expatriada que hayan hecho un Erasmus en sus años universitarios. Diré que sí, pero esta hipótesis la hay que verificar.
Mirando adelante me desprendo de Islamabad y sus ventajas y enfoco el puesto mio en RYK. La temporada seca todavía esta durando y las temperaturas siguen creciendo. Con sentimientos ambiguos la gente está esperando el Monsun, las lluvias. Ojalá no caiga un deluvio como el año pasado cuando todo se inundó. Las destrucciones del año pasado no están enteramente arregladas todavía, y eso es lo que alimenta los reparos de la gente. A diarios se sobrepasa los cuarenta grados. En donde están las actividades de la ONG hasta los cincuenta grados celsio se han experimentados. El sueño nunca está profunda porque las paredes absorban el calor del día y lo radian durante la noche. En esas circunstancias uno está sin siempre estar: en su salsa.
En cuanto a la comida tengo que reducir las expectaciones por lo tanto. El paso de Alemania al Paquistán ha sido un paso más o menos pequeño desde un punto de vista alimenticia. Sin embargo el paso de Islamabad al Punjab ha sido bastante más grande. Me doy cuenta sobre todo ahora que estoy de vuelta en Islamabad para unas semanas. Aquí me topó con todo tipo de mercancía. No es que necesite tantísimo. Es más bien por el hecho de tener opciones. Puede parecer que está hablando una persona consumidor, pero no es así. Después de la carencia ahora noto la abundancia. Ya que no me quedaré mucho en la capital aprovecho de esta abundancia. Y lo hago con gusto.
Como he mencionado antes, estoy aquí en Islamabad solo de paso. Disfruto de las cosas que extraño en el sur de Punjab las que no sólo son culinaricas pero también sociales. Quiere decir que disfruto, gozo de poder encontrarme de nuevo con amigos y conocidos y salir de fiesta el fin de semana (que sí que hay fiestas aca). Juego al futbol, echo polvo por días después gracias a unas agujetas de los que sólo juegan muy de vez en cuando y que entonces no se quieren parar por el gusto que da. Deja fuera las condiciones climáticos. No hace falta ni una pelota para sudar como loco. Pero la sensación después del partido, el jugar en un grupo vale la pena.
En cuanto a la marcha del fin de semana tengo que decir que me recuerde el intercambio universitario Erasmus que hice hace años. Cada fin de semana hay un programa (que al fin y al cabo varió poco). Y vayas donde vayas siempre encontrarás la misma gente. Estoy curioso si habrá mucha gente aquí en la comunidad expatriada que hayan hecho un Erasmus en sus años universitarios. Diré que sí, pero esta hipótesis la hay que verificar.
Mirando adelante me desprendo de Islamabad y sus ventajas y enfoco el puesto mio en RYK. La temporada seca todavía esta durando y las temperaturas siguen creciendo. Con sentimientos ambiguos la gente está esperando el Monsun, las lluvias. Ojalá no caiga un deluvio como el año pasado cuando todo se inundó. Las destrucciones del año pasado no están enteramente arregladas todavía, y eso es lo que alimenta los reparos de la gente. A diarios se sobrepasa los cuarenta grados. En donde están las actividades de la ONG hasta los cincuenta grados celsio se han experimentados. El sueño nunca está profunda porque las paredes absorban el calor del día y lo radian durante la noche. En esas circunstancias uno está sin siempre estar: en su salsa.
In my own juice
Down in southern Punjab you do not have (yet?) the luxury of supermarkets that are selling all types of fruit and vegetables all year round. Nobody must have come up with the idea yet to offer his clients strawberries in the middle of winter and mangos in the dry season brought in from other countries just to satisfy the wishes of the consumer.
What you can find these days in the streets of Rahim Yar Khan (RYK) – sold from a donky carriage – are purely products that are harvested there now in that particular region. Or it is maybe coming up the main highway from Sindh, the next province further to the south. For a vegetarian like me the diet is composed of pumpkin, cucumber, tomatoes and melons. The proteins are coming from a grant variety of lentils and pulses.
Talking about diet I have to adapt my eating habits here in Pakistan. The step from Germany to Pakistan was rather small. The step from Islamabad to RYK was considerably bigger. I realized that now that I am back in the capital for some time. I see again any and almost every product that I can imagine. It is not that I need so many things it is rather the comforting feeling to have the possibility to get this or that product and to use this or that service. That sounds like a real consumer talking but to me it is the contrast between scarcity and abundance. I am aware and I live both of these extremes.
It is for an intermezzo that I am back in Islamabad where I make use of the things that are missing in southern Punjab. These are not only culinary but also social. I almost forgot how good it can feel to meet friends and to go out on the weekend or play football together. Though football was painful the first time I played again after I don’t know how much time. I had sour muscles for days – but I was happy. It is not necessary to play sports and sweat. In these tropical conditions sweat is omnipresent in whatever you do. It is not about the sweating – well, the exercise is good – but about the team game. This is well worth the effort.
The social live taking place on every weekend really reminds me of my time as an Erasmus exchange student. Every weekend there was a party or something happening. And wherever I went I always met the same people. I am quite sure that many of these expatriates have been doing an Erasmus when they where still at university. But this hypothesis is yet to be proven.
The thought of going back to the field location, to RYK, draws my attention away from Islamabad and the advantages of this place. The dry season is in full swing and the temperatures are rising. With mixed emotions the people are waiting for the Monsoon, hoping it will not bring as much rain as last year. The destructions caused by the floods in 2010 are not entirely repaired. Therefore concerns arise towards the upcoming rain season. The forty degree Celsius mark gets surpassed every day now. And in the field where the activities of my NGO are people report of 50+ degrees Celsius. At night sleeping is difficult due to room temperatures. The walls absorb the heat of the day and radiate it during the night, keeping a constant high in the room. Lying in bed I am floating in my own juice.
What you can find these days in the streets of Rahim Yar Khan (RYK) – sold from a donky carriage – are purely products that are harvested there now in that particular region. Or it is maybe coming up the main highway from Sindh, the next province further to the south. For a vegetarian like me the diet is composed of pumpkin, cucumber, tomatoes and melons. The proteins are coming from a grant variety of lentils and pulses.
Talking about diet I have to adapt my eating habits here in Pakistan. The step from Germany to Pakistan was rather small. The step from Islamabad to RYK was considerably bigger. I realized that now that I am back in the capital for some time. I see again any and almost every product that I can imagine. It is not that I need so many things it is rather the comforting feeling to have the possibility to get this or that product and to use this or that service. That sounds like a real consumer talking but to me it is the contrast between scarcity and abundance. I am aware and I live both of these extremes.
It is for an intermezzo that I am back in Islamabad where I make use of the things that are missing in southern Punjab. These are not only culinary but also social. I almost forgot how good it can feel to meet friends and to go out on the weekend or play football together. Though football was painful the first time I played again after I don’t know how much time. I had sour muscles for days – but I was happy. It is not necessary to play sports and sweat. In these tropical conditions sweat is omnipresent in whatever you do. It is not about the sweating – well, the exercise is good – but about the team game. This is well worth the effort.
The social live taking place on every weekend really reminds me of my time as an Erasmus exchange student. Every weekend there was a party or something happening. And wherever I went I always met the same people. I am quite sure that many of these expatriates have been doing an Erasmus when they where still at university. But this hypothesis is yet to be proven.
The thought of going back to the field location, to RYK, draws my attention away from Islamabad and the advantages of this place. The dry season is in full swing and the temperatures are rising. With mixed emotions the people are waiting for the Monsoon, hoping it will not bring as much rain as last year. The destructions caused by the floods in 2010 are not entirely repaired. Therefore concerns arise towards the upcoming rain season. The forty degree Celsius mark gets surpassed every day now. And in the field where the activities of my NGO are people report of 50+ degrees Celsius. At night sleeping is difficult due to room temperatures. The walls absorb the heat of the day and radiate it during the night, keeping a constant high in the room. Lying in bed I am floating in my own juice.
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